Tómate tu tiempo para ser feliz.
El tiempo no es una autopista
entre la cuna y la tumba,
sino un lugar para estacionar al sol.
No lo olvides:
Se te concede cada día
como una eternidad para ser feliz.
Hay que aceptar cada día
como un don, como un regalo.
No te levantes demasiado tarde
por las mañanas.
Mira al espejo, sonríete a ti mismo
y deséate ¡buenos días!
Entonces ya te habrás acostumbrado
y podrás decírselo también a los demás.
No empieces el día de hoy...
¡con los pedazos de ayer!
Desaliñado.
-
Que por qué ando tan desaliñado,
me preguntan.
Que por qué no me corto el pelo,
(ya manifiestamente largo).
Que por qué me he dejado crecer
mi ya nívea barba...
Hace 6 años