Tómate tu tiempo para ser feliz.
El tiempo no es una autopista
entre la cuna y la tumba,
sino un lugar para estacionar al sol.
No lo olvides:
Se te concede cada día
como una eternidad para ser feliz.
Hay que aceptar cada día
como un don, como un regalo.
No te levantes demasiado tarde
por las mañanas.
Mira al espejo, sonríete a ti mismo
y deséate ¡buenos días!
Entonces ya te habrás acostumbrado
y podrás decírselo también a los demás.
No empieces el día de hoy...
¡con los pedazos de ayer!
Cómo pasan los años.
-
Pensaba ¿por qué dejé de escribir el blog?
Y, reflexionando, creo que porque me pareció más sano.
Porque aquí hay escritas demasiadas cosas de mi Negrita...
Hace 1 año
No hay comentarios:
Publicar un comentario